AVA-ASAJA subraya en una primera estimación que la piedra y el viento también han afectado al melón, la sandía, el tomate e incluso a la madera de los árboles.
La intensa tormenta de pedrisco y viento que irrumpió ayer por la tarde en la Comunitat Valenciana ha provocado daños de extrema gravedad en los cultivos de la comarca de La Ribera, hasta el punto de arrasar la totalidad de la cosecha en muchas explotaciones de caqui, cítricos y otras producciones hortofrutícolas. Según una primera estimación efectuada por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), la superficie agrícola afectada por el temporal sobrepasa las 11.000 hectáreas, mientras que las pérdidas económicas ascienden a 47 millones de euros.
La tormenta, que responde al fenómeno de ciclogénesis, se concentró en una amplia franja que abarcó, de este a oeste, los términos municipales de Tous, Massalavés, Alberic, Benimuslem, L’Alcúdia, Carlet, Benimodo, Guadassuar, Alzira, Algemesí, Benicull, Albalat de la Ribera y Sueca hasta llegar al mar. El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, remarcó que “fue un temporal breve pero muy fuerte que ha supuesto un verdadero desastre para miles de agricultores valencianos. Los daños han afectado incluso a la madera de los árboles, y por ello pedimos a la conselleria de Agricultura que facilite, a la mayor brevedad posible, tratamientos fungicidas que permitan cicatrizar las heridas en la madera y evitar así la introducción de hongos en el interior del arbolado. Además, los peritos de Agroseguro tienen que actuar con la máxima celeridad para determinar la cuantía de las indemnizaciones”.
El caqui es el cultivo que se ha llevado la peor parte en cuanto al nivel de afección en el propio fruto. El número de hectáreas damnificadas alcanza las 3.500, muchas de las cuales con pérdidas del 100%. De acuerdo a los cálculos de AVA-ASAJA, solo los efectos de esta última tormenta desembocarán en una disminución del 15% de la próxima cosecha valenciana de caqui que, sumada a la reducción del 10% que ya habían causado los capítulos de heladas en los pasados meses de febrero y marzo, se traducirán en una caída de, al menos, la cuarta parte de la producción de caqui valenciano. Esta circunstancia afectará también de manera muy negativa al empleo, ya que la recolección del caqui constituye una fuente de trabajo importante para la comarca.
Respecto a los cítricos, la superficie de mandarinas y naranjas afectadas en mayor o menor medida se sitúa en torno a las 7.000 hectáreas. Los grados de afección son muy variables y oscilan entre el 20 y, en los casos más extremos, el 100% de la cosecha. No obstante, en estos momentos el fruto es de un tamaño todavía reducido y habrá que esperar a su evolución futura para conocer con exactitud el alcance de los daños, aunque en una primera visita a las parcelas los técnicos sí constatan la presencia de heridas en la piel, gran cantidad de hojas y frutos en el suelo, golpes en la madera e incluso árboles arrancados del suelo a causa de la violencia del viento.
El temporal con el que arranca julio ha castigado otras producciones hortofrutícolas de la zona. Así, se han visto duramente afectadas 350 hectáreas de hortalizas y unas 100 hectáreas de frutales, sobre todo melón, sandía, tomates, aguacates y explotaciones de melocotón y nectarina que restaban por recolectar.