Con 82 años de edad, el pasado 3 de enero, falleció Salvador Pastor Ferrís, conocido por muchos como ‘Salvador el del Scotch’ y por otros como ‘el hombre que corría a pie’.
Carlos Bueno.- El Scotch fue el bar de la calle Montaña que fundó y regentó durante décadas, un lugar que se convirtió en un referente de buenas tertulias y reuniones a partir de los años 70. Además, entre 1995 y 1997, Salvador estuvo como instructor en el Centro de Inserción Sociolaboral de Sant Jaume, un proyecto de formación de camareros dirigido a la integración de jóvenes con dificultades específicas para encontrar empleo.
En su faceta de deportista Salvador brilló con luz propia. En una época en la que el running se llamaba footing, o simplemente correr a pie, él fue uno de los pioneros en Algemesí en salir al asfalto día tras día para preparase y participar en la maratón, una prueba mítica que sólo un puñado de elegidos era capaz de realizar.
En su primera participación ya fue capaz de bajar de las tres horas, algo inusual para un amateur que, encima, era primerizo, lo que da fe de su gran inteligencia y las portentosas facultades físicas que atesoraba, y todo a pesar de que comenzó a tomar parte en carreras populares con 40 años de edad.
Su afición fue creciendo y llegó a participar en siete maratones nacionales, de las cuales seis fueron en la ciudad de Valencia y una en Barcelona. En la V Maratón de Valencia en 1985, logró su mejor marca, que fue récord en la categoría de veteranos con 2 h. 32’ 38”.
En 1981 participó en la maratón de Nueva York, y en 1983 en la de Londres. En 1982, en el Primer Campeonato Social de Correcaminos, quedó campeón en 5.000 m. y 400 m. lisos en la categoría de veteranos, con tiempos de 17’30” y 1’05”, respectivamente.
También participó en el Campeonato de Veteranos de El Saler de 10.000 m. Realizó grandes marcas en el Campeonato Regional de Gran Fondo de 20 km. de Siete Aguas, una de sus carreras favoritas por la dureza de sus desniveles y el calor de agosto, logrando una mejor marca de 1 h. 18’ en 1981.
A partir del año 1988 se dedicó con plena devoción a entrenar atletas. Su primer discípulo fue Benja “Quini”, que destacó especialmente llegando a ser Bicampeón Autonómico en Cross y pista de 10.000 m. Tomó parte en la preparación de otros maratonianos que consiguieron sus marcas soñadas. Fue uno de los fundadores del Club Tortuga de Algemesí y principal colaborador en la organización y diseño del circuito de cross del polideportivo local.
Tras su jubilación se dedicó a disfrutar de su familia, su mujer Teresa, sus cinco hijas, cinco nietos y una nieta. Salvador se caracterizó por su personalidad combativa hasta el final, demostrando su valentía y fuerza en sus últimos días. Sus restos descansan en el pueblo natal de su esposa, Llíria, donde se conocieron y contrajeron matrimonio hace 57 años.
Con él se va un trabajador incansable, un luchador tenaz, un pionero ejemplar, un apasionado por el atletismo con corazón de maratoniano.