Cid de María abre la puerta grande tras dos labores de mucho mérito. Pedro Gallego consigue una oreja en una novillada de Cebada Gago que lidió un ejemplar de nota.
Carlos Bueno.- Fue bueno “Vendedor”, un novillo encastado que dio importancia a cuanto se realizó con él. La casta no es fácil, pero es agradecida cuando se acierta con el planteamiento, algo que no siempre ocurrió. Cebada Gago lidió otro ejemplar colaborador, el segundo; uno con genio, el que cerró plaza; y uno desrazado, el que abrió festejo.
De la plaza salió a hombros Cid de María, más por su actitud y su compromiso que por sus resultados artísticos. Pero todo cuenta, sobre todo la disposición y la voluntad cuando se es novillero. Sus dos faenas tuvieron el común denominador de ir a más gracias a su empeño en limar defectos para acabar pudiendo torear con gusto y ortodoxia.
Que hiciese embestir largo al primero de su lote fue una sorpresa, pero consiguió sacarle el fondo de calidad que el animal llevaba dentro. Y evitó que le tocase las telas el que cerraba la tarde, que siempre protestó al final de cada muletazo. A éste lo mató de un espadazo de libro.
Pedro Gallego fue todo buenas intenciones y perseverancia, lo que no fue suficiente para templar como necesitaban sus antagonistas. El primero, tardo y de embestida descompuesta, se lo puso muy complicado, sin embargo, el tercero de la tarde fue un manantial de arrancadas que no siempre aprovechó. Fue pronto y repetidor el Cebada, que requería mando y limpieza, pero el jienense no encontró las distancias adecuadas para evitar que le alcanzase la franela, y la intensidad de la labor fue decayendo. Una estocada efectiva le valió para conseguir una oreja.
Ficha del festejo:
22 de septiembre de 2024. Plaza de toros de Algemesí. Lleno. Segunda de feria. Cuatro novillos de Cebada Gago. 1º desrazado, 2º colaborador, 3º encastado, 4º con genio.
Pedro Gallego: silencio tras aviso y oreja tras aviso.
Cid de María: oreja y oreja.