La rejoneadora portuguesa cortó los máximos trofeos. Adrien Salenc firmó una faena importante premiada con una oreja mientras que Juan Carlos Carballo se marchó de vacío. Cebada Gago lidió varios ejemplares con posibilidades.
Fue hacerse presente Ana Rita sobre el albero y rugir la plaza. Los espectadores de Algemesí son muy partidarios del toreo a caballo y esperaban con especial expectación a la rejoneadora portuguesa después de que el año pasado cortara un rabo en este mismo coso. Y Ana Rita no defraudó. Salió con el acelerador de la disposición a tope y conectó de inmediato con un tendido muy a favor. Clavó mucho hierro y tuvo que aguantar las desiguales embestidas de un novillo que en unas ocasiones pegaba incómodos arreones y en otras perseguía las cabalgaduras con trote cansino. Por momentos intentó templar los viajes del burel pero pronto se decantó por el efectismo de unos adornos muy jaleados por el público, que después de un efectivo rejonazo la volvió a premiar con los máximos trofeos.
La faena más meritoria de la tarde la firmó Adrien Salenc con el que saltó en último lugar, un Cebada burraco con transmisión al que apenas castigó en varas. Inició la faena de rodillas y una vez en pie tuvo valor para tragar varias miradas desconcertantes. Esa fue la clave para desengañarlo y conseguir que sólo siguiese sus telas. Pero el animal pronto marcó su querencia a salir distraído mirando a tablas, defecto que tapó el francés llevándolo muy toreado con tanta autoridad como torería. Acabó recortando distancias y sabiendo mantener la atención del respetable con recursos que denotaron su oficio y seguridad. Pinchó antes de la estocada y el premio quedó en singular.
El inicio de labor al primero de su lote también había sido muy torero, llevándolo largo y por abajo. Pero el novillo pronto protestó y recortó sus viajes, quizá porque el picador se había ganado el sueldo con creces. Su quehacer nunca acabó de tomar vuelo.
Se marchó de vacío Juan Carlos Carballo, que abrió festejo con un buen ejemplar al que llevó largo en los primeros compases con la franela. Pero cuando todo indicaba que la intensidad seguiría subiendo, el astado le alcanzó las telas en varias ocasiones y, a partir de entonces, comenzó a pegar derrotes, lo que propició que la faena decayese.
Se vino pronto y de lejos a su muleta el segundo de su lote, pero pronto complicó su juego porque se acostaba por el pitón derecho y protestaba por el izquierdo. Carballo llevó a cabo una labor seria pero sin eco en los tendidos.
Ficha del festejo:
23 de septiembre. Plaza de toros de Algemesí, 2ª de feria. Lleno. Cinco novillos de Cebada Gago, el tercero para rejones. 1º y 5º buenos, 2º y 4º deslucidos, y con movilidad el 3º.
Juan Carlos Carballo: silencio en ambos.
Adrien Salenc: silencio y oreja.
La rejoneadora Ana Rita: dos orejas y rabo.
Artículo publicado en burladero.tv