Borja Collado con tres orejas y Miguelito con dos, salieron a hombros el día de su debut con picadores junto al ganadero Daniel Ramos.
Carlos Bueno
Era con toda seguridad el día de mayor responsabilidad de su vida para los dos novilleros. Día importante para ellos y para la tauromaquia. Si se cumplen los augurios pueden ser gente importante en el toreo. Es mucho vaticinar, pero los éxitos que han conseguido en su etapa sin caballos justifican la ilusión que han despertado en la afición. Debutaban los dos con los del castoreño, Miguelito y Borja Collado. La emoción que les invadía se percibía desde los tendidos, pero no les nubló las ideas. Todo lo contrario, la percepción fue que la tranquilidad y la clarividencia estaban con ellos.
Miguelito toreando con la mano baja. MOISÉS CASTELL/Prensa2
Se llenó la plaza como casi siempre sucede en Algemesí, pero en esta ocasión encontrar una entrada fue misión imposible desde hacía semanas. Además el ganadero Daniel Ramos se presentaba con picadores en esta ancestral feria. Siempre fue su ilusión y ahora la veía cumplida. No defraudó el castellonense, que lidió una novillada noble y manejable que permitió el éxito de la terna. No acabaron de romper los dos primeros, más deslucidos que sus hermanos, y subieron nota los dos últimos, sobre todo el lidiado en cuarto lugar, que repitió sus embestidas con clase.
Era tarde de expectación y afortunadamente no acabó en decepción. Los dos novilleros y el ganadero por la puerta grande. Miguel Senent “Miguelito” se mostró seguro y asentado, intentando el toreo más ortodoxo cuando sus antagonistas lo permitían y echando mano de recursos cuando no había otra opción para mantener la atención del respetable. Estuvo por encima del que abría plaza, de escaso recorrido, y realizó una faena medida y ligada por el pitón derecho al segundo de su lote.
Borja Collado emocionado dando la vuelta al ruedo. MOISÉS CASTELL/Prensa2
No se quedó atrás en disposición Borja Collado, que saludó de rodillas a sus dos novillos. También de hinojos inició y terminó su segunda faena. Pero que nadie piense que Borja es torero de corte tremendista. En pie puso de manifiesto su torería y temple para torear con tanta verdad como pulcritud. Al que cerraba la tarde le recetó una majestuosa tanda de naturales a pesar de las protestas del animal.
Sin ser la tarde soñada no defraudó la ganadería ni los chavales. Pero el triunfo conseguido debe servirles para motivarles, nunca para pensar que han alcanzado la meta. No estuvo a la misma altura José Rocamora, que pareció acusar su escaso bagaje y las complicaciones de una plaza rectangular de reducidas dimensiones para el toreo a caballo. El rejoneador alicantino puso buena voluntad y se mostró muy expresivo, por momentos demasiado, buscando continuamente los aplausos fáciles del respetable. Su labor pecó de mucha puesta en escena y excesivos tiempos muertos, aunque subió enteros clavando las últimas banderillas.
Ficha del festejo:
22 de septiembre. Plaza de toros de Algemesí. Lleno de “No hay billetes”. Cuatro novillos de Daniel Ramos, nobles y manejables. Sobresalió el lidiado en 4º lugar. Uno de Cebada Gago para rejones que saltó en tercer lugar, bueno.
Miguel Senent “Miguelito”: oreja y oreja
Borja Collado: oreja y dos orejas
El rejoneador José Rocamora: oreja tras aviso.
Cuadrillas: Se desmonteró José Arévalo tras banderillear al último.
Artículo publicado en burladero.tv
