Dos excelentes novillos de Los Chospes, una faena maciza de Polope y las ilusionantes actuaciones del resto de la terna, fueron los ingredientes de la interesantísima novillada sin caballos que cerraba el ciclo “Naranja de Plata”.
Carlos Bueno
En sesión matinal se celebró la segunda y última novillada sin caballos incluida en la feria de Algemesí. Era el segundo festejo que se había tenido que aplazar por lluvia cuatro días antes y que cerraba el ciclo llamado “Naranja de Plata” que premia a los alumnos de las escuelas taurinas. Difícil será para el jurado dictaminar un triunfador después del buen resultado de ambas novilladas.
Miguel Polope. Prensa2/MOISÉS CASTELL
En esta ocasión fue Miguel Polope el que asombró con un toreo de muchos quilates. Sorteó un ejemplar de Los Chospes con calidad que acabó siendo premiado con la vuelta al ruedo y que le dejó expresar la amplia tauromaquia que este valenciano lleva dentro. El de Torrent encontró toro en todas partes para llevar a cabo una faena redonda, maciza, de gran fondo y bonitas formas. Clarividente en todo momento para resolver cualquier situación con tanto valor como gusto. Cuerpo desmayado y faena reunida. Entrelazó los muletazos por ambos pitones con una inspiración asombrosa para llevar cosidas las embestidas a su franela. Labor intensa que acaparó la atención del respetable de principio a fin.
Juan José Villa “Villita”. Prensa2/MOISÉS CASTELL
El ganadero Fernando Moreno envió un encierro de bonitas hechuras que resultó manejable a pesar de la falta de clase en las embestidas de los tres primeros. Cambió el panorama con la salida del magnífico cuarto y aún mejoró en transmisión con la irrupción del excelente quinto, con fijeza y pronto, empleándose por abajo y con recorrido. Lo lució de forma intermitente Juan José Villa “Villita”, que pecó de encimismo y que no obtuvo el resultado que sus buenas intenciones pretendían. Era animal para mucho mando y pocas dudas, nada fácil de canalizar su torrente de embestidas, y el de Madrid lo consiguió por momentos dejando detalles interesantes sobre todo al natural, pero su quehacer no acabó de ser macizo.
Cristóbal Ramos “Parrita”. Prensa2/MOISÉS CASTELL
Gustaron las formas de Cristóbal Ramos “Parrita”, variado y muy templado manejando el percal. Después de clavar banderillas firmó una faena de gran entrega en la que tuvo que tragar por el pitón derecho, por donde se acostaba su antagonista. Por eso pronto se echó la muleta a la mano izquierda, y al natural consiguió protagonizar los mejores pasajes a pesara de la embestida descompuesta del de Los Chospes. El de la escuela de El Juli demostró además andar sobrado de valor y tener las ideas claras en un final en el que los recursos y adornos fueron calves para la concesión de un apéndice.
También gustó la determinación de Álvaro Passalaqua, que se las vio apuradas cuando inició su faena con un farol de rodillas en el centro de la plaza y más tarde cuando sufrió una violenta voltereta. En ambos casos volvió a ponerse en el sitio para finalizar lo que había iniciado con una decisión total. Se movió el animal que le correspondió en suerte, pero siempre protestando y a su aire. Aún así el de Málaga consiguió rubricar varios pasajes de gran interés toreando con la zocata.
La matinal la había abierto Carlos Domínguez, muy activo en quites y dispuesto con la muleta. Pero cuando parecía que su novillo iba a más, marcó su querencia a salir suelto buscando las tablas imposibilitando que su labor tomase vuelo. Porfió por sacarlo y sujetarlo en su muleta de de Badajoz. También le provocó en los adentros, pero su quehacer ya no alcanzó el eco deseado.
Ficha del festejo:
30 de septiembre, matinal. Plaza de toros de Algemesí, 5ª de feria aplazada por lluvia. Un cuarto de plaza. Cinco erales de Los Chospes bien presentados, de juego desigual pero nobles y manejables. Se le dio la vuelta al ruedo al 4º y también resultó excelente el 5º.
Cristóbal Ramos “Parrita”, de la escuela de El Juli: oreja.
Carlos Domínguez, de Badajoz: silencio tras aviso.
Álvaro Passalaqua, de Málaga: saludos tras aviso.
Miguel Popole, de Valencia: dos orejas.
Juan José Villa “Villita”, de Madrid: oreja.
